La artesanía y el amor por el detalle, el ADN de Muebles Picó

07 Dic La artesanía y el amor por el detalle, el ADN de Muebles Picó

A la hora de escoger el mobiliario para nuestro hogar o empresa, resulta primordial apostar por modelos que aúnen la elegancia y la calidad con la eficiencia y la plena funcionalidad. Estructuras bien definidas, desde el punto de vista arquitectónico, y capaces de aportar belleza y elegancia al espacio en el que concurren. La artesanía y el amor por los pequeños detalles de dan la mano en el ADN de Muebles Picó. La filosofía empresarial de Muebles Picó, desde sus orígenes en 1945, es precisamente esa; la pasión por el mueble. Esa pasión y sentimiento se ha ido transmitiendo de generación en generación, de tal modo que pese a la industrialización de los procesos y la aplicación de innovaciones tecnológicas, no ha perdido su sello de tradición y distinción que la define. La calidad de Muebles Picó se hace latente en todo el proceso productivo, desde el diseño hasta la culminación de sus acabados. Un trabajo minucioso y cuidado, en el que cada producto se fabrica de manera personalizada, nunca en serie, con un mimo especial y un cariño que forma parte del ADN empresarial. Cada pieza es trabajada a mano por los artesanos, cubriendo así las necesidades de los clientes más exigentes, que demandan, en un mercado cada vez más competitivo y con más urgencias técnicas, rapidez e inmediatez, a la par que calidad. No obstante, quienes apuestan por Muebles Picó, prefieren un producto bien elaborado, que suponga un proceso de ejecución óptimo, con acabados delicados, y en el que el precio vaya de la mano de la calidad en una relación inmejorable. Considerado como uno de los proveedores de mobiliario de lujo más prestigiosos del mundo, la filosofía de Muebles Picó se hace latente en sus creaciones atemporales, personalizando cada espacio. Así pues, calidad, innovación, perfección y originalidad se dan la mano en cada una de las creaciones que salen de esta empresa decana, artesanal y familiar.

Un sello de calidad inconfundible

Si hemos comentado que en Muebles Picó cuidamos, con mucho amor y pasión, hasta el más mínimo detalle, es porque el carácter artesanal cobra un valor prioritario. Para conseguir esa calidad, como máxima de la filosofía empresarial, Muebles Picó se involucra en todo el proceso productivo. Así pues, las materias primas son perfectamente seleccionadas de manera rigurosa y todos los productos han pasado unos controles rigurosos de calidad en laboratorios del Instituto Tecnológico de la Madera (AIDIMA), certificado con la Etiqueta de Calidad Controlada. Además, cuentan con el aval de numerosos trofeos nacionales e internacionales que ponen en valor el trabajo de Picó al frente del mobiliario doméstico y de oficina. Pocas empresas pueden presumir de contar con un Sistema de Gestión de Calidad conforme a las normas UNE-EN ISO 9001/2008, certificado por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) y por International Certification Network (IQNET), pero Picó puede hacerlo. Todas esas certificaciones son un sello de calidad inconfundible que vienen a recompensar tanto al producto como a la gestión interna.

El legado histórico

Muebles Picó surgió en 1945, cuando José Picó Ramón inició su andadura. Son casi 80 años apostando por la creación, la investigación, la innovación y el desarrollo, pero sin descuidar en ningún momento la vanguardia empresarial, tecnológica y creativa del mueble de alta gama. En total, han pasado tres generaciones que han defendido la artesanía y el amor al detalle en el propio ADN de Muebles Picó. Es por ello que se ha logrado potenciar este factor y proyectar una imagen de empresa dinámica, flexible y artesanal en constante progresión, donde la experiencia es un grado, pero capaz de adaptarse a las nuevas tendencias y cambios del futuro. El primitivo taller de ebanistería de José Picó Ramón se distinguía por una selección de maderas inconfundibles, así como por unas tallas y marqueterías selectas. Poco a poco fue ganando una clientela fiel a sus creaciones clásicas, aunadas con los nuevos proyectos que trajeron consigo las nuevas generaciones. Un punto de inflexión sería el año 1965, cuando José Pico Tamarit se incorporó a la empresa y logró que Muebles Picó comenzase a amueblar hogares e instalaciones de todo el mundo, liderando proyectos decorativos plagados de personalidad y estilo contemporáneo, pero sin perder nunca su sello. Además, si algo define al ADN de Muebles Picó, es su compromiso por la sostenibilidad, estableciendo una gestión medioambiental constante bajo una inversión en investigación, que nunca descuide sus raíces artesanales más puras. Muebles Pico es el resultado de seis décadas creativas, de trabajo, de amor y de pasión, pero donde la innovación y la artesanía marcan el camino del futuro con máxima pasión.